miércoles, 14 de marzo de 2007

Cuento: El sueño (Parte 1)

El Sueño (Parte 1)




Escrita por: Fran Morell
Adaptación para radio por: Franz Aguilera



Carlos: Lucho, te cuento que anoche tuve un sueño muy extraño.
Lucho: A ver Carlos suelta tu sueño.
Carlos: Caía la lluvia y había un hombre de camisa gris, corriendo desesperado por las calles de una ciudad oscura y desierta. Apenas pude verle el rostro; incluso me dio la impresión de que podría ser yo. De cualquier modo, aquel hombre estaba en peligro. Huía. No sé de qué o de quién, pero parecía realmente desesperado. Corría alocadamente, sudando, tropezando y resbalando a menudo.Miraba hacia atrás como si temiera que lo alcancen en cualquier momento. Finalmente, llegaba a un callejón lleno de basura donde se dirigía a una cabina telefónica. Justo en ese momento, desperté.

Lucho: Que loco lo que me cuentas Carlos, sí que es curioso ¿Y dices que despertaste justo en ese momento?
Carlos: Justo, sí, cuando él corría hacia la cabina.
Lucho: Yo diría que el ser perseguido por alguien en un sueño, es un símbolo de deseo sexual no satisfecho jajaja
Carlos: Cuando no Lucho, siempre relacionando todo con sexo.

LOCUTOR: Al día siguiente Carlos regreso al mismo bar, a la misma hora. Encontró rápidamente entre los clientes a su amigo, Lucho Espino, con su inseparable vaso de cerveza, éste, lo invitó a sentarse a su lado.

Lucho: Carlos, mírate, tienes mal aspecto. ¿Tuviste una pelea por ahí?
Carlos: Bueno fuera. Eso sería explicable. ¿Te acuerdas lo que te conté ayer?
Lucho: Ah, si, claro. Ya Carlitos ¿Me vas a contar otro de tus sueños? Ya me empiezo a sentir como un psicólogo.
Carlos: Es que esto es realmente extraño. Mi sueño de ayer se ha vuelto a repetir, sólo que esta vez era más nítido. Era como en una película. Un sujeto con una camisa gris corría por una calle, estaba sudoroso y alguien le perseguía. Esta vez casi puedo ver al perseguidor.

Lucho: ¿Lo viste? ¿Quién era?
Carlos: No lo sé. Casi pude verlo, pero no lo vi. Fue más una sensación, como si yo supiera quién era, pero sin verlo, era como si estuviera justo observándome directamente, ¿entiendes?
Lucho: Carlitos… creo que estas fumando de la buena...
Carlos: Esto no es fácil Lucho. Verás, es que me pareció como si "algo" o "alguien" terrorífico, extremadamente malvado, quisiera la muerte del hombre de la camisa gris.
Lucho: Ya, ya...

Carlos: Espera, hay más. Esta vez llegó al final del callejón. El callejón estaba lleno de basura, y en la plaza había varios automóviles, pero me dio la impresión de que estaban abandonados, como llenos de óxido. En el suelo había una especie de neblina, como en invierno. Bueno, pues este hombre entró corriendo en la cabina de teléfono, y comenzó a marcar un número. Y en ese momento, desperté.
Lucho: Tal vez llamaba a la policía.
Carlos: No Lucho, yo creo que buscaba ayuda, pero no de la policía.

Lucho: Mira Carlitos, tal vez sea un grito desesperado de tu subconsciente, está claro que buscas la ayuda sexual de alguien. ¿Has vuelto a llamar a tu ex enamorada desde que terminaron?
Carlos: Claro que no, y no me parece gracioso. Yo estoy alterado. Mira Lucho, me tiemblan las manos al recordarlo.
Lucho: ¿Por esta tontería? Vamos, hay peores sueños.
Carlos: No lo entiendes. Era la angustia, la excitación, el terror de esa persona... de alguna manera, creo que yo también lo sufro.
Lucho: ¡Pero si sólo es un sueño!
Carlos: Sí. Tal vez tengas razón...


Continuará...

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