martes, 1 de mayo de 2007

Cuento: La llamada (Parte 3. Final)

La Llamada (Parte 3. Final)


Por: Fran Morell
Adaptación para radio: Franz Aguilera



Continua...


NARRADOR: El único testigo del atropello afirmaba que el culpable conducía un Fiat de color rojo, matrícula SIH-795. La Policía estaba atenta a los pasos de Lolo, él era su principal sospechoso. Es cierto que nadie podía relacionarlo con el crimen. Pero había un testigo. Y ese testigo era Laura.

LOLO: (nervioso) Llamare a Laura para ver como esta. (marca el teléfono) Aló, Soy Lolo, con Laura por favor.

Cuelgan el teléfono.

LOLO: (molesto) ¿Qué clase de idiota es esta chica? Ha visto a alguien parecido a mí y se ha confundido. Esa estúpida zorra que de todas formas estaba enamorada de Rafa. Ha pasado la noche con él... ¿En qué estaba yo pensando cuando creí que podría llegar a tener algo con ella? He sido un imbécil...Ojalá nunca me hubiera fijado en ella. Ojalá Laura desapareciese también. Ya estoy harto de todo. Que se mueran todos, y que me dejen en paz.

Suena el teléfono.

LOLO: Aló, ¿Quién es?
DIABLO: Lolo, ¿Qué darías para que se cumpliera tu deseo?
LOLO: ¿Quién es?
DIABLO: ¿Darías, tal vez, tu alma, Lolo? (pausado)
LOLO: (asustado) Oiga, ¿qué clase de broma es esta? ¿Quién llama?

Cuelgan el teléfono.

NARRADOR: Al día siguiente en la universidad, cuando los amigos de Lolo lo vieron, los rostros se transformaron en auténticas máscaras de terror. Lolo, no se atrevió a dirigirle la palabra a nadie y entró apresuradamente al salón. Sin embargo, no permaneció solo mucho rato, porque al poco rato apareció el jefe de la policía.

POLICIA: Lolo, ¿quiere hacerme el favor de acompañarme a la recepción? Necesito hablar con Ud. a solas.

Puerta que se abre y pasos.

POLICÍA: Lolo, por favor tome asiento (sonidos de silla), dígame ¿Dónde estaba usted ayer a las once y cuarto de la noche?
LOLO: No sé. Bueno, en mi casa. Estaba en mi casa.
POLICÍA: ¿No lo sabe o estaba en su casa?
LOLO: Estaba en mi casa. Oiga, ¿Qué sucede? ¿Qué es todo esto?
POLICÍA: ¿No sabe que la señorita Laura Díaz murió ayer atropellada, sobre las once y cuarto?
LOLO: Cómooooooooo – balbucea - Yo no tengo nada que ver. ¿Por qué me hacen esto?
POLICÍA: Lolo ¿Tiene usted un Fiat de color rojo?
LOLO: Sí. ¿Y qué? Miles de personas tienen un coche así. Oiga, aquí está pasando algo espantoso. Hay alguien que trata de incriminarme, que se hace pasar por mí. Es todo una terrible confusión. Yo no soy un asesino.
POLICIA: Nadie lo pone en duda........por el momento.

NARRADOR: Lolo estaba muy nervioso. ¿Qué era todo aquello? ¿Qué clase de broma cruel le estaban gastando? Sabía que aquel maldito número de teléfono tenía algo que ver con todo esto, pero no podía decir nada o lo tomarían por loco, y entonces sí que tendrían una buena razón para encerrarlo. Tenía un dolor en el pecho que comenzaba a hacerse más y más fuerte, apenas podía respirar. Sentía ganas de echarse a llorar. Quería estar muerto.

Y entonces sonó el teléfono.
El jefe contestó:

POLICÍA: Alo...Lolo es para usted.

Sonido de coger fono y pasos…

LOLO: ¿Quién es?

NARRADOR: Al otro lado del teléfono contestó una voz que ya era muy familiar para Lolo.

DIABLO: Lolo, ¿qué darías para que se cumpliera tu deseo? ...



Fin.

2 comentarios:

Camila Barros dijo...

me gusto mucho tu historia..

creo ke el diablo es un maldito en todos los casos..
porque por ultimo podría no haberlo inculpado en los delitos..

hahah..

escribiendo seriamente..
creo ke es malo desear mucho las cosas..
porque así como el diablo también puede aparecer una persona ke nos cumpla nuestro deseo..pero a costa de ke..
estarías dispuesto a dar tu ser más preciado x un deseo??

mmm..



cuidate!


besosos!



byee..


PD:oiee!
vas a escribir otra??

Anónimo dijo...

http://vacanomillo.blogspot.com/2007/12/atrvete-llamar.html