ALCANZAR
Por: Franz Aguilera
A menudo, él la soñaba. En su alucinado inconsciente, ella aparecía radiante y se inclinaba a robarle algunos besos. Al final de la noche, cuando él despertaba, solo podía recordar ese sensual e inconfundible aroma femenino.
Ella, entre las sombras de sus propios sueños, se dejaba guiar por la luz de sus sentimientos hasta llegar a los labios de su amado.
Las ilusiones de los dos enamorados eran como las estrellas en el infinito azul oscuro, que se miran, se quieren y no se alcanzan.
Ambos se añoraban de lejos, como sus esperanzas. Estaban seguros que sus inquietos corazones resolverían la forma de encontrarse. Tal vez, cansados de buscarse, algún día podrían llegar juntos a soñar en la luna.
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